El día de hoy comienzan las nuevas administraciones municipales en Jalisco. Aprovecharé la ocasión para lanzar cinco recomendaciones a todas aquellas personas que a partir de hoy inician actividades en el servicio público.
Uno, abstenerse de realizar cualquier acción que atente contra el principio de paridad de género en la política. Ayer, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) dio a conocer a la opinión pública un exhorto para respetar los avances en esta agenda. Hay que atender con mucha responsabilidad el llamado del IEPC. Si una regidora se ganó su puesto en la elección hay que respetar la voluntad de los votantes. Además, hay que tratar de incorporar la mayor cantidad de mujeres en los puestos más altos de la administración municipal.
Dos, tienen que creérsela. Es decir, tienen que creer que de verdad pueden hacer un cambio positivo en la sociedad. Las administraciones municipales son una parte tangible de la acción pública en la vida social y económica. Ser parte de una administración municipal no se trata tan sólo de tener un puesto de trabajo, no se limita a obtener un ingreso seguro. Sí incluye ese aspecto, pero también es la oportunidad de que su profesión tenga un impacto positivo en nuestra comunidad. Qué mayor privilegio que levantarse todos los días para tratar de mejorar nuestro entorno y la vida de las personas.
Tres, hay que preparase muy bien porque formar parte de una administración pública municipal no es nada sencillo. Ser parte de un ayuntamiento requiere de tener una formación robusta en administración pública municipal. Sólo por nombrar algunos retos, se debe entender muy bien el lugar de los ayuntamientos en el sistema de organizaciones públicas del país; se debe estar muy consciente de las atribuciones y restricciones impuestas por las leyes y reglamentos; si alguna persona se encarga de alguna agenda específica –como por ejemplo el combate a la pobreza o el desarrollo económico– hay que tener mucha preparación en la materia.
Cuatro, al entrar a los puestos de trabajo no hay que dar las cosas por sentado, sino cuestionarlo todo. No hay que irse con la inercia de las organizaciones. No hay que seguir haciendo lo que ya se hacía con normalidad. Hay que cuestionarse por qué la administración pasada hacía esto de tal o cual manera. Hay que tratar de identificar los supuestos detrás de aquello que los antecesores hacían con normalidad –por ejemplo, el “aquí siempre se ha hecho así” o el “esto es lo que siempre ha funcionado sin problemas”–. Una vez identificados esos supuestos hay que ponerlos en duda, hay que desestabilizarlos. Hay que cambiar de supuestos para hacer las cosas diferentes y mejores.
Cinco, hay que tener mucha paciencia porque ineludiblemente habrá una curva de aprendizaje. Hay que estar conscientes de que la ciudadanía está muy cansada y quiere ver resultados pronto. Pero las cosas que valen la pena no se construyen de un día para otro. Habrá que tener mucha habilidad para comunicarse con los diversos públicos de las administraciones municipales. Habrá que explicarles con claridad los objetivos ulteriores de tal o cual acción, y pedir su apoyo y el beneficio de la duda. Pero también hay que aprender rápido. Sin duda que se comentarán errores, pero lo importante es aprender de ellos para no repetirlos.
Desde esta columna lanzo mis más buenos deseos para que las administraciones municipales que comienzan hoy tengan el mayor de los éxitos. Al margen de los colores de procedencia, si les va bien a las administraciones municipales nos va bien a todas y todos. Mucho éxito.
Columna semanal del LID para El Diario NTR de Guadalajara
*David López García es coordinador del LID y candidato a doctor en políticas públicas urbanas por la New School de Nueva York.